Enigma

Entró la cabeza sedienta en la casa de las putas, allí estaba Rimbaud

Con la pata atada como una gallina y la cabeza desnuda

Estaba Rimbaud, carcomido como una canoa y con la lengua blanca

Nada le dije, qué cosa deshilachada le hubiera dicho yo a Rimbaud

La verdad, pude haberme hecho pasar por ti, pero no lo hice

Pude hacerme pasar por él, te juro, me alcanzaba el talento

Discreto, en un rinconcito, estaba el bicho de Rimbaud

Con la pata atada como una gallina y la cabeza desnuda

No demasiado guapo, dispuesto, eso sí, a ponerse violento

Era como un santo enfermo estorbando en medio del altar

Como amante no creo que hubiera dado más juego que una monja

Ceroso, con las uñas sucias y oliendo como una lata de petróleo

Rimbaud en persona espantando las moscas de la rosa podrida

No tuve valor de pasarle el libro que acababa de presentar a un concurso

Lo noté atemorizado con los turistas y con los hombres que nacen viejos

No sé qué hacía toda esa gente lúgubre observando a Rimbaud

Con la pata atada como una gallina y la cabeza desnuda

Yo había perdido a mi amor y buscaba a la bella durmiente

Yo le rehusé la mirada no fuera a ser que me lanzase el machete

Con los ojos cerrados Rimbaud podía dar en el blanco a cinco kilómetros

Con los ojos abiertos te metía su espada de palo hasta la empuñadura

Yo era hijo de un padre alcohólico y de madre desconocida

Me sudaban las manos al verlo rodeado de delincuentes y saltimbanquis

No me atreví a pedirle un prólogo para el libro con el que acababa de perder un concurso

Respiraba fatigosamente como una cama arrugada tras las persianas bajadas

Estaba sentado cerca del espejo donde las chicas amables se retocan los pómulos

Con la pata atada como una gallina y la cabeza desnuda

Callar es bueno, pero una sola palabra suya bastó para enfermarme

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